Especialidad que nos permite renovar las piezas perdidas a cualquier edad mediante un sistema moderno de dientes de titanio.
La implantología tiene como objetivo sustituir dientes perdidos mediante la colocación quirúrgica de un implante en el hueso maxilar o mandibular.
El implante es un tornillo realizado en titanio puro y que ha sido sometido a un tratamiento especial en su superficie para garantizar la óseointegración al hueso. Se trata de una prótesis médica biocompatible, apta para ser implantada en el cuerpo humano y por lo tanto sometida a los más severos controles sanitarios desde su fabricación hasta la colocación al paciente.
Es una pieza de alta precisión, diseñada para resistir fuerzas muy considerables, como las realizadas por los maxilares en el proceso de masticación y que debe reunir unas condiciones de mecanización perfectas en cuanto al ajuste de su cabeza con las piezas protésicas que deben colocarse sobre él, de manera que no exista ningún tipo de holgura entre ellas.
Por todos estos motivos es importante trabajar con implantes de calidad reconocida.
Una pieza dental restaurada con un implante se compone de tres partes: el tornillo, el conector y la corona o funda.