Una vez que se forma la caries, no se cura por sí sola, es necesario acudir al dentista, que determinará qué tratamiento es el más adecuado según su estado de desarrollo.
Cuanto más tiempo pase, mayor ataque habrá sufrido el diente y mayor deberá ser la intervención del dentista. Por lo tanto, es mejor poner remedio lo antes posible para mantener la salud dental.
Las bacterias se encuentran normalmente en la boca. Estas bacterias convierten los alimentos, especialmente los azúcares y almidones, en ácidos. Las bacterias, el ácido, los pedazos de comida y la saliva se combinan en la boca para formar una sustancia pegajosa llamada placa que se adhiere a los dientes.
Es más común en los molares posteriores, justo encima de la línea de la encía en todos los dientes y en los bordes de las obturaciones.
Los carbohidratos (azúcares y almidones) aumentan el riesgo de caries dentales. Los alimentos pegajosos son más dañinos que los no pegajosos, ya que permanecen sobre los dientes. Los refrigerios frecuentes aumentan el tiempo en que los ácidos están en contacto con la superficie del diente.